Sobre la tecnología y la vigilancia masiva
Y esto no es algo nuevo.
Por ejemplo, uno de los hechos más escandalosos de los últimos años es la revelación de los programas de espionaje que gobiernos como el de EE. UU aplica contra la población a nivel mundial. Tenían acceso a llamadas, correos, fotos, localización, datos bancarios, y cualquier información digital, tanto en tiempo real como archivados.
Toda esta acción tenía un respaldo legal, que les permitía acceder y almacenar datos de cualquier persona o institución sin necesidad de una orden judicial. Solo bastaba la suposición que eran una amenaza para la “seguridad nacional”. Y para ello se valieron del fantasma del terrorismo. Sus verdaderos motivos eran otros: obtener información diplomática, política y económica.
Pero no solo ello: las mayores empresas de tecnología (Microsoft, Google, Apple, Facebook) colaboran con estos programas de vigilancia. La misma ley de EE.UU obliga a las compañías a entregar todos los datos de sus usuarios. Ante esta situación, lejos de cerrase los programas de espionaje continuaron operando.
El Congreso yanqui en el 2018 aprobó una prórroga por 6 años más la carta blanca para que la NSA siga operando en el extranjero. Obama en su momento dijo sobre los programas de vigilancia: “un sistema restringido destinado a que seamos capaces de proteger a nuestro pueblo”. Es decir, se legalizo la vigilancia masiva, tal como sucede en China. ¿y el derecho a la libertad de expresión y pensamiento?
Dice Snowden, ex agente de la NSA, planteaba: “Es 2019 y ya vemos lo que ocurre en Rusia, en China y en los EEUU. Pero incluso los países donde la vigilancia era ilegal de pronto la han legalizado después de un escándalo.
Primero en Alemania [Intelligence Service Act, 2016], después en UK [Investigatory Powers Act, 2016] y lo mismo en Australia [The Assistance and Access Act 2018]... La respuesta a los escándalos sobre vigilancia no ha sido hacer que los servicios de inteligencia se ajusten a la ley, sino hacer que la ley se ajuste a los servicios de inteligencia”. Ya en China se habla de que la vigilancia masiva es la nueva "normalidad".
Han convertido la información en una herramienta de control político y social a escala global. Y EEUU tiene el mayor acceso a toda la información mundial, porque el 80% del tráfico de contenidos pasa por EEUU, dado el sistema de internet.
Véase pues como el imperialismo levanta el tema de la seguridad, y vulnera las mismas libertades que dice proteger, todo en función a mantener sus intereses.